TALAT

En el Día Internacional de la Tierra, en Talat nos sumamos a la causa más urgente de todas: restaurar y proteger nuestra atmósfera, empezando por la capa de ozono. ¿Sabías que un paso esencial en esa dirección es adaptarse al nuevo Reglamento (UE) 2024/573 sobre gases fluorados (F-Gas)? Hoy te hablamos de las 5 claves que debes conocer para cuidar el planeta (y cumplir la normativa).

Esta normativa, en vigor desde el 7 de febrero de 2024, no solo redefine cómo nuestra industria trabaja con refrigerantes, sino que también marca un antes y un después en la lucha contra el cambio climático.

Nuestra ingeniera mecánica María Martorell ha resumido en 5 claves lo que cualquier profesional técnico o empresa del sector debe tener claro para cumplir con la normativa y avanzar hacia un modelo más sostenible. Por aquí te las compartimos:

1.Entender el origen: del Protocolo de Montreal a la normativa F-Gas

Todo comienza en 1987, con el Protocolo de Montreal, cuando el mundo se une para eliminar sustancias que deterioran la capa de ozono. Como consecuencia, se populariza el uso de los F-Gases, que no afectan directamente al ozono, pero tienen un alto potencial de calentamiento global (GWP).

Así, en 2019 comienza a implementarse la enmienda Kigali al Protocolo de Montreal. Dicho acuerdo contempla que durante los próximos 30 años se reducirá en más de 80% la producción y el consumo proyectados de hidrofluorocarbonos (HFC), compuestos orgánicos utilizados frecuentemente en acondicionadores de aire y otros dispositivos como refrigerantes alternativos a las sustancias que agotan la capa de ozono, reguladas por el Protocolo de Montreal.

2. Contexto normativo. Cómo se ha llegado hasta el reglamento (UE) 2024/573

Entre los principales puntos de inflexión de esta normativa de reducción, podemos remontarnos a 2015, cuando la UE comenzó a reducir gradualmente la cantidad de F-gases que pueden ser comercializados en el mercado, específicamente los HFCs. Así, entra en vigor la normativa revisada (Reglamento UE 517/2014) que sustituye al Reglamento anterior (842/2006). Establece objetivos de reducción para los gases fluorados y medidas de control. El primer paso fue una reducción del 79% para 2030 con respecto a los niveles de 2015.

Durante los próximos años y hasta 2020, la reducción continuó con el objetivo de bajar las emisiones en un total de aproximadamente el 37% de los niveles de 2015 para 2020. Así, en 2021, se implementa una nueva reducción en la cuota de HFCs (hidrofluorocarbonos) disponibles, alcanzando una disminución del 55%. Desde este punto hasta el reciente reglamento aprobado el 7 de febrero de 2025, el objetivo fue una reducción adicional, acercándose al 60% de los niveles de 2015. Entre otras acciones, que se llevaron a cabo fue la prohibición en 2024 de la comercialización de sistemas de refrigeración centralizados para supermercados que utilicen gases con un GWP superior a 150, salvo que estén diseñados para funcionar con refrigerantes secundarios.

3. Familiarizarse con los Refrigerantes de Menor Impacto

¿Sabes en qué consiste el potencial de calentamiento global (GWP) de un refrigerante? Es una medida del impacto que un gas tiene en el calentamiento global en comparación con el dióxido de carbono (CO₂). Cuanto más alto sea el GWP, mayor será su contribución al cambio climático. Los refrigerantes más sostenibles incluyen los refrigerantes naturales como el CO₂ (R-744), el amoníaco (R-717) y los hidrocarburos como el propano (R-290), así como las nuevas generaciones de HFO.

La transición hacia refrigerantes con bajo GWP, como las HFO y los refrigerantes naturales, es una de las formas más efectivas de reducir el impacto ambiental de los sistemas de refrigeración. Estos refrigerantes tienen un menor impacto en el cambio climático sin sacrificar la eficiencia. Un ejemplo es el R-1234yf, utilizado en muchos automóviles nuevos, tiene un GWP cercano a cero, lo que lo convierte en una alternativa muy atractiva frente a los HFC.

4. Tener claros los objetivos de la Normativa 2024/573

La normativa promueve la transición hacia alternativas más sostenibles, limita las emisiones mediante cuotas y obliga al mantenimiento y control de fugas en equipos. Además, fomenta la formación técnica y la certificación profesional para garantizar el cumplimiento. 

Esta legislación es clave en la estrategia de descarbonización de la UE y fundamental para alcanzar los objetivos climáticos y avanzar hacia un modelo económico más sostenible. Así, muchos de los sistemas actuales para calefactar o refrigerar espacios están siendo reemplazados paulatinamente por sistemas «limpios», es decir, sin emisiones directas de CO2 procedentes de la combustión de hidrocarburos cuya fuente principal sea la eléctrica. Los objetivos podemos agruparlos en 5 ejes clave:

Reducción gradual del uso de HFC

🎯Objetivo 2030: Reducir en un 79 % el uso de HFC respecto a los niveles de 2015.

🎯Objetivo 2050: Alcanzar una reducción del 90 %, contribuyendo a la neutralidad climática de la UE.

Establecimiento de cuotas de producción e importación, sujetas a control y registro mediante un sistema de licencias.


Impulso al uso de alternativas sostenibles

Promoción de refrigerantes con bajo o nulo GWP, como el CO₂, el amoníaco, los hidrocarburos y el agua.

Inclusión de restricciones y prohibiciones progresivas sobre aparatos que contengan gases con alto GWP cuando existan alternativas viables.

Aplicación de criterios de viabilidad técnica y económica para justificar excepciones temporales.


Medidas de economía circular y control de fugas

Recuperación, reciclaje y regeneración de gases al final de la vida útil de equipos.

Mantenimiento y control periódico de fugas en sistemas existentes.

Prohibición de envases no rellenables y fomento de mecanismos de devolución para los reutilizables.

Introducción de declaraciones de conformidad que certifiquen el correcto tratamiento ambiental de los gases.


Fortalecimiento de la trazabilidad y los controles aduaneros

Registro obligatorio de todas las importaciones/exportaciones en el portal de gases fluorados de la UE.

Interconexión del portal con los sistemas de ventanilla única aduanera para facilitar inspecciones automatizadas.

Refuerzo de medidas contra el comercio ilegal de F-Gas.


Formación, certificación y sensibilización

Obligatoriedad de formación y certificación profesional para quienes instalen, mantengan o reparen equipos con gases fluorados.

Inclusión de temas de eficiencia energética, tecnologías alternativas y normas técnicas en los programas formativos.

Mantenimiento de validez para los certificados emitidos bajo la normativa anterior (Reglamento 517/2014), pero con actualización necesaria.

5. Nuevas actuaciones que han llegado para quedarse

El nuevo reglamento F-Gas introduce una serie de medidas que suponen cambios relevantes respecto a la normativa anterior. Una actuación destacada es la actualización obligatoria de la formación y certificación para profesionales del sector. Los técnicos que trabajen con gases fluorados o con tecnologías alternativas deberán contar con una formación específica que incluya conocimientos sobre eficiencia energética, seguridad y manipulación de refrigerantes con bajo potencial de calentamiento global. Además, los programas de formación existentes deberán revisarse para adaptarse a los nuevos requisitos.

Se refuerza la trazabilidad y el control aduanero mediante la creación de un portal europeo obligatorio para registrar todas las actividades de producción, importación y comercialización de F-Gases y productos que los contienen. Este portal estará conectado al sistema de ventanilla única aduanera, lo que permitirá una supervisión más estricta y en tiempo real, especialmente para prevenir el comercio ilegal.

Una incorporación novedosa es la inclusión del sector sanitario dentro del sistema de cuotas de HFC. Concretamente, los inhaladores dosificadores para enfermedades respiratorias deberán avanzar hacia el uso de propulsores con menor impacto climático, con una transición planificada hasta 2030.

Se pone un fuerte énfasis en la economía circular, impulsando el reciclado y la regeneración de gases recuperados, e incluyendo exigencias específicas para la correcta gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos que contienen F-Gases.

Finalmente, el reglamento endurece el régimen sancionador, exigiendo a los Estados miembros que establezcan penalizaciones eficaces, proporcionadas y disuasorias. También se promueve una colaboración más estrecha entre aduanas, autoridades medioambientales y organismos de control como la OLAF, con el objetivo de mejorar la vigilancia del mercado y luchar contra las infracciones.

Por aquí, en Talat, ya estamos actualizando nuestra operativa y formación para cumplir con esta normativa y ser parte activa del cambio 🌱🌍

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